La psicóloga Patricia Catalán, de la clínica Talus, coincide con el impacto psicológico de las arrugas y cómo su aceptación nos confronta con nuestra propia historia. “Arrugas, para algunos es el paso natural del tiempo, es experiencia; para otros es miedo a la vejez; una suerte de obsesión por evitar esas arrugas. A mi modo de ver, necesitamos trabajar la aceptación del envejecimiento y hacerlo desde mucho antes”, enfatiza.
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Fuente: latercera.com